La princesa del pop ha estado en la palestra hace un buen rato por la polémica tutela que la tiene “atrapada” desde hace ya varios años. Te contamos de qué se trata y por qué ha causado tanto revuelo la situación.
¿Se acuerdan ustedes que en el 2007 Britney no lo estuvo pasando muy bien? Seguro les salta a la memoria la recordada foto de Britney rapándose y luego pegándole a los paparazzis con un paraguas. La cabra no estaba en un muy buen momento y por eso la corte de Estados Unidos decidió en 2008, entregarle la tutela de la cantante a su papá, el odiado Jamie Spears.
Esta tutela implica que Britney no tiene control sobre básicamente nada en su vida, ni su plata, ni sus decisiones de negocios o incluso personales. En la declaración que hizo recientemente, la intérprete de Toxic dijo que no le permitían casarse ni volver a tener hijos, por lo que le pusieron un Dispositivo Intrauterino como anticonceptivo, aparentemente contra su voluntad, #heavy.
La semana pasada quedó la escoba porque Britney por fin hizo una declaración ante la corte para defender su caso en una audiencia que solicitó hace algunos meses. En la audiencia, contó su testimonio, lo que ha tenido que pasar durante todos estos años y hasta dijo que quisiera demandar a toda su familia por el dolor que le han causado.
Esa instancia fue la primera vez que el mundo escuchó el testimonio de la cantante en sus propias palabras y la reacción fue explosiva. Los fans, que ya llevaban varios años especulando sobre la realidad del estado emocional de Britney, hicieron estallar las redes sociales en apoyo a la cantante, pero algunos se fueron al chancho. Jamie Lynn Spears, la hermana menor de Brit fue bombardeada con amenazas y comentarios despectivos ante la declaración en contra de la familia, y tuvo que salir a hablar entre lágrimas para decir que ella no tiene ninguna otra intención más que apoyar a su hermana.
Ahora, la declaración de la princesa del pop, por muy explosiva, no significa que la tutela esté cerca de acabarse. Por el contrario, la corte acaba de rechazar su petición para que su padre deje de ser el responsable de su custodia, luego de haber tenido que “suplicarle” a su abogado para que presentara la apelación. Decimos “suplicarle” porque el abogado de la artista, Samuel Ingham III no fue elegido por ella, sino que le fue asignado por la misma corte cuando se tomó la medida restrictiva inicialmente.
Aunque pareciera que esta historia ha estado en la palestra hace poco tiempo, la verdad es que el #FreeBritney se ha estado usando desde 2009, según el New York Times, aunque agarró más vuelo que nunca el 2019 cuando la cantante tuvo que cancelar su residencia en Las Vegas por problemas de salud mental.